Horas extra de solidaridad
Enrique Carro compagina su labor en el CAMP de Redondela con la dirección del Racing Chapela
BORJA BARREIRA - Vigo - 03-01-2011 La discapacidad de Jorge, su hermano mayor, fue la razón que llevó a Enrique Carro a encauzar su vida en una dirección determinada. 'El tema me interesa desde siempre y ya cuando era muy joven trataba de ayudar en todo lo posible', relata el máximo responsable del Racing Chapela, club que a pesar de su juventud ha obtenido grandes resultados en diferentes modalidades deportivas a lo largo de los últimos años.
Enrique dedica muchas horas a la semana a sus deportistas sin recibir nada a cambio. Nada material, puesto que la recompensa es mayúscula en otros aspectos. 'Durante muchos años hice natación y también fui entrenador del equipo de waterpolo del Náutico, pero la satisfacción que te dan estos chavales es incomparable', admite.
En el Racing Chapela, trabaja con un grupo de unos 25 jóvenes discapacitados que practican baloncesto, atletismo, natación, petanca, tenis de mesa o fútbol sala. Secciones añadidas a un club que ya existía para no discapacitados y que surgieron por el deseo de los padres de los deportistas de reunir a sus hijos en un mismo equipo para que tuvieran la oportunidad de disfrutar del deporte en compañía.
Pero la experiencia de Enrique Carro viene de mucho antes. A los 18 años empezó a trabajar en el Colegio San Francisco, donde su madre era directiva, y allí permaneció durante dos décadas. Posteriormente aprobó unas oposiciones de la Xunta y desde hace catorce años trabaja en el Centro de Atención a Minusválidos Psíquicos (CAMP) de Redondela.
Como puede, trata de compaginar su horario laboral con su función en el Racing Chapela. Tres días por semana, durante dos horas, entrena en diferentes modalidades junto a sus pupilos. Y no es fácil. 'Al principio, no los entendía en el terreno deportivo, pero con el paso de los años todo cambia. Ahora ya lo veo como algo normal y, además, el comportamiento de los chicos es excepcional. Mucho mejor, por ejemplo, que el de algunos de los deportistas que tuve en el Náutico', apunta Carro.
A pesar de que su labor en el club de Chapela empezó en 2007, los resultados no tardaron en llegar. Las medallas no han parado de caer, tanto en Campeonatos de Galicia como en Nacionales, con algún récord de España incluido. Y con Enrique haciendo malabarismos para acudir con sus chicos a todos los torneos que se celebran a lo largo y ancho del territorio español. 'Muchas veces tengo que pedir días de mis propias vacaciones para acudir a las competiciones, o si no cambiar algún turno con mis compañeros, que me lo ponen muy fácil', explica.
A pesar de los sacrificios y de que lleva ya más de tres décadas dedicando buena parte de su vida a los discapacitados, él no se cansa. Tiene cuerda para rato. ¿Por qué? La respuesta es fácil: 'Me gusta muchísimo, disfruto ayudando a los demás'. Gracias a su pasión, a su vocación, decenas de jóvenes han encontrado en el deporte una vía de escape, una manera de disfrutar al máximo de su día a día.